Estoy en paz, porque soy feliz. Me
puedo valer por mi mismo. Estoy sano. Tengo un trabajo. Estoy en paz, porque a mí
alrededor existe gente que amo y que me ama. Estoy en paz, porque creo en el
amor, y creer en eso, me da la seguridad de que existe Dios. Estoy en paz,
porque a través de mis ojos percibo los pequeños y hermosos detalles de la
vida. Estoy en paz, porque conozco la calidez de un apretón de manos, la
serenidad de un abrazo y la entrega total de un beso.
Estoy en paz, porque observar el sol y
la luna de cada día es motivo para dar gracias. Estoy en paz, porque no hay
nada que a otros pueda envidiar, porque cada experiencia es un recuerdo y porque
cada caída es un impulso para levantarse. Estoy en paz, porque no hay nada que la fe no
pueda aliviar. Estoy en paz, porque puedo reír, puedo callar, puedo llorar. Estoy
en paz, porque a pesar del daño, se perdonar. Estoy en paz, porque soy lo que
soy, Alberto, y estoy vivo.
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