jueves, 22 de julio de 2010

Sin título


Cuando me enteré sentí morir, era como si una estaca afilada y ardiente se hundiera en mi corazón, fue lo más espantoso que había escuchado, y hasta el día de hoy, la herida sigue fresca. He tratado de entender el dolor y la desesperación que has sentido, pero jamás llegaré a comprender del todo lo que has tenido que vivir, sin embargo, pase lo que pase, estaré aquí. En las noches aún me pregunto ¿por qué ella?, era una buena chica, no hacia mal a nadie, una extraña luz brillaba en su bello rostro, ayudaba a sus padres y se preocupaba por su pequeña hermana, ¿dónde estabas en esos momentos Dios?, siempre defendió tu nombre, y siempre me repudiaba cuando te faltaba. No, no es ninguna prueba que le hiciste, no me engañes con eso, le has fallado, y has manchado la poca fe que guardaba con la más putrefacta suciedad.

Esos malditos han apagado tu luz, las ilusiones que tenias de la vida, ahora ya no hay risa, no hay alegrías, te has encerrado en los muros de tu habitación, y me da rabia verte así. Y aunque a partir de todo esto me he llegado a cuestionar sobre la existencia de Dios, sé que esos hijos de perra tendrán su merecido, tal vez no en este mundo, pero lo tendrán, y sufrirán, y todo el daño que te hicieron será remunerado en condenas y castigos. Hoy tienes que cargar con el fruto de ese abuso, ¿deshacerte de él realmente será el alivio que estás buscando?, es una elección difícil que tendrás que decidir sola, pero sabes que aunque no cuentes con el apoyo de nadie, podrás contar conmigo, no es necesario que te lo diga. Saldrás adelante.

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