jueves, 13 de septiembre de 2012

Jardinero de amores


En esa tarde, una lágrima de dolor bastó para marchitar el verde jardín que había cuidado y amado desde hace mucho. Donde hubo rosas, crecieron espinas, donde existió un cristalino estanque, nacieron dunas que agrietaron la tierra, donde se veían arboles frutales, se alzaron ramas débiles y secas, y donde fue el hogar de majestuosas aves, se convirtió en la guarida que albergaba desconocidas criaturas que atacaban con sus garras sin piedad a la más mínima muestra de afecto.

Pero así como un día me fue arrebatado lo más preciado, llegó la tranquilidad. El llanto del cielo bastó para dar vida a las semillas de mis amados rosales. Todo se ha ido transformando. Los pastizales han empezado a crecer, incluso, aquellas violentas criaturas que en un principio eran desconocidas, se han transformado en cisnes. Poco a poco, mi jardín empieza a tomar nuevamente forma y color, y esta vez, estoy dispuesto a regarlo y cuidarlo día a día, para que se mantenga vivo y continúe dando frutos por mucho tiempo.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ya vendrán tiempos mejores


Hoy, fue uno de esos días en los que la tristeza y la melancolía me envolvió, quizá la distancia de estar lejos de casa, quizá la falta de un abrazo,  quizá la ausencia de un consejo, quizá un motivo de alegría, no lo sé, pero como siempre, aunque sea por teléfono, estuvo conmigo la mujer más importante de mi vida: mi mamá.

Mi mamá me dijo: habla con Dios, porque estar con Él, es estar con el amor mismo, Dios te dará fuerza, tu eres fuerte, yo no crie un hijo débil, yo crie un hijo que cree en si mismo, y que sabe luchar por lo que quiere, creo que por un momento dudé de sus palabras, porque al escucharla, empecé a llorar, pero después me di cuenta, tiene razón, soy fuerte, porque si no fuera así, hace tiempo que me hubiera dado por vencido.

Si, tal vez este día se pueda volver a repetir, pero sé que aún tengo gente que me ama por lo que soy, y que a pesar de todo, a pesar de mis errores y de mis fallas, jamás se apartarán de mi lado. Te amo Carlota, siempre tienes las palabras exactas para consolarme, y eso solo puede tener una razón, me conoces mejor que yo, porque como siempre me dices: “Ya vendrán tiempos mejores”.