miércoles, 11 de septiembre de 2013

El guacamayo

 
Lo cazaron en la selva cuando era pichón. A golpes de hacha volcaron el árbol donde tenía su nido. Lo vendieron  en la ciudad y preso en una jaula pasó gran parte de su vida, ¡hasta que un día fue abandonado!... Éste guacamayo nunca había visto un pariente. Ahora, de regreso a la selva, no se entiende con lo demás guacamayos. Acurrucado en un rincón, tiembla y llora, se arranca las plumas a picotazos, tiene la piel sangrienta y desnuda.
 
"Tomado del libro de Ciencias I Telesecundaria. Sé que no suelo plagiar textos, pero éste en particular me agradó, además, me sentí bastante identificado."