jueves, 31 de diciembre de 2015

A Edgar


No siempre uno tiene la fortuna de conocer a personas que vienen a mover las vigilias que habitan en tu alma, pero yo, a mis 26 años, he tenido la dicha que mi camino haya sido alumbrado por la luz que irradia tu presencia en mí. A tu lado, se han escritos pasajes hermosos en el libro de las memorias de mi corazón, pasajes que guardo celosamente y que representan un gran valor emocional. En estos meses, me has compartido la realidad del amor y has logrado motivar en mí las razones de una verdadera pareja, que hasta hace poco, mi concepto se quedaba en el simple acompañamiento.

Sin embargo, tus experiencias y lo poco o mucho de tus vivencias, me han enseñado el sentido de la espiritualidad y la pasión de una pareja. Realmente mi concepto del amor ha cambiado, y es cuando me doy cuenta de lo mucho que he madurado como hombre. Y es por eso que hoy, en esta fecha tan especial, es un honor darte las “GRACIAS”, y me permito con un brindis celebrar la vida y la vitalidad que forma parte de ti. Sé lo importante que éste día representa a tus ojos, por eso deseo que tu alma éste llena de paz y de la fortaleza necesaria para transitar con aplomo los caminos que te hacen falta por recorrer.

Con todo mi afecto,
Alberto.

jueves, 15 de octubre de 2015

A Cande

 

Fue una mañana del 14 de Octubre, hace un año, cuando caminando por las calles de un transitado día la vi, estaba ahí, en una veterinaria bastante descuidada, dentro de una jaula junto a otros cachorros. Me acerqué y ambos nos observamos fijamente, era tan tierna, tan blanca, tan pequeña, y al notar como movía su rabo por mi presencia, supe que era para mí. En ese entonces, el tema de los hijos se había volcado con todo su rigor a mi hombría, orillándome a cargar con un peso que lastimaba cada vez más a mi corazón. Yo, anhelaba tener a mi lado un ser que me necesitara y que requiriera cuidados y protección, y al serme negada esa oportunidad, me centré en la adquisición de la que hasta el día de hoy es mi más fiel y apegada compañera: María Candelaria “Cande”. 

Ella ha venido a complementarme, y me ha enseñado con su compañía el valor tan noble que representa, porque ellos, los peludos, también son resultado del amor que tuvo Dios por la creación de la vida. Sé que Cande no es una persona, mucho menos un bebé, y probablemente a otros ojos el lazo que tengo con mi mascota no sea sano, haciéndome parecer loco o ridículo. Sin embargo, me hace feliz, éste animalito logró llenar un vacío en mí, alegrando mi rutina con juegos, paseos y ladridos que ya forman parte de mis días. Si, también ha sufrido, se ha enfermado, ha llegado estar sola, pero sigue ahí, sigue conmigo, sin reprocharme ausencias y horas perdidas, solo espera tras la puerta, en calma, moviendo su rabo, esperando feliz mi llegada.

martes, 13 de octubre de 2015

Jaque Mate


Por mis venas no corre sangre egoísta. Al contrario, se me enseñó a ayudar a los demás, a ser servicial, y eso sin duda fueron enseñanzas que mi mamá me inculcó de pequeño. Sin embargo, toda esa bondad que viví de cerca en mi infancia, de alguna forma influyó en mi personalidad que hasta el día de hoy se encuentra muy latente. Me convertí en un hombre de carácter débil, bastante sentimental y emocionalmente muy frágil. Todo eso le ha valido a mi amor para colocarse en un punto en el que nunca pide nada a cambio y siempre da con amabilidad.

Ese tipo de amor, tan incondicional, tan propio de mí, ha estado presente en la mayoría de mis relaciones. Y le ha valido, para hacerme entregar en cuerpo y alma, en ocasiones incluso cegándome, y negándome a percatar de lo que realmente estaba viviendo. Hubo momentos en los que aún conociendo las realidades, yo continuaba ahí, porque esa frágil voz interior me decía que me dejara llevar, que amara y que no tuviera miedo de caer. Y así fue, así ha sido. Pero ya estoy cansado, ya mi corazón no tiene fuerza, y me pide a gritos que me libere de mí mismo.

Y sí, me da miedo, porque todo lo que he defendido se encuentra tambaleante al vacío. Pero necesito esto, necesito hacer una pausa y detenerme a recapacitar, pensar un poco más en mí, anteponer mis prioridades y mi bienestar. No quiero llenarme de odio, ni tampoco de rencor. Mucho menos dejar de escudar mis creencias, al contrario, quiero que sobrevivan por muchos años. Son decisiones que me aterran, pero necesito amarme a mí mismo y demostrarme que soy importante, y que a pesar de todo, valgo la pena.

lunes, 12 de octubre de 2015

Las mil y un historias de amor


Y entonces entendí que a veces el amor puede volcarse contra ti, probablemente para demostrarme que también puede ser muy cruel. Y es que en esta etapa de mi vida, me he dado cuenta que he conocido muchas formas de querer: amé en silencio, amé a escondidas, amé en la distancia, amé libremente, amé engañado, amé en plenitud. Si, vaya que han sido distintas maneras en las que he entregado mi cariño, pero en cada en cada aventura, en cada fuego ardiente y en cada restos de cenizas, mi alma fue dichosamente feliz, y palpitó al compás de suspiros dados al viento sin importarme si eran o no escuchados.

Todas esas historias ahora viven resguardadas en lo más profundo de mí ser, y de cada persona, de cada mano estrechada, he aprendido, para bien, para mal. Y no, no me arrepiento de nada, porque mi pasado ha sido determinante para descubrir lo que hoy en día soy, y si tuviera la oportunidad de cambiar algo, no borraría ni comas ni puntos, porque a pesar de todo, se me ha regalado un presente hermoso. Un presente que indudablemente le ha costado daños a mi corazón, pero que he sabido aliviar con el desahogo de esas palabras que viven en mis textos, y que me recuerdan, precavidamente, no cometer los mismos errores.

Plegarias al viento


Pequeño corazón, no emigres, ni te apartes de mí, aquí estoy, para continuar dándote calor. Refúgiate en mí, que mis brazos no se cansarán de sostenerte. Utiliza mi fuerza, para mantenerte en pie, para seguir andando, para dirigirte a tus sueños más anhelados.

Lucero resplandeciente, que no muera tu amor, aquí me tienes, para conservarlo vivo.  Roba mi risa, que ella alegrará tus días de lluvia. Recurre a mis ojos si no sabes a dónde ir, si estás en un laberinto, si nada te parece bello, si has perdido el camino.

Alegre gorrión, no vueles lejos de aquí, no canses tus alas, no anheles otra morada. Asalta mi resistencia y cobija tu corazón para que no desespere. Pero si no te es suficiente, y aun así decides marchar, lleva contigo todo esto que ofrezco, pues es mi voluntad.

jueves, 8 de octubre de 2015

El risco


Y fue así como me lanzaste al precipicio de mi desgarrada voluntad, despojándome de la razón y de los propios límites de mi cuerpo que ahora yace desnudo ante ti. Y aunque  en esa expulsión al vacío mi cordura gritaba que al caer no habría red para sostenerme, mi alma clamaba que me entregara y te amara de la manera en la que el tiempo y la luna me han enseñado a amar.

En esa caída, mis sentimientos renacieron, y mi corazón, que no dejaba de contraerse por el miedo, se cubrió de fuerza para afrontar toda adversidad. Incluso mis alas, que nunca antes habían titubeado y que me habían llevado por lo más alto de los cielos, aceptaron en silencio las razones de todo lo que sucedía; dejándose llevar junto conmigo a la profundidad del abismo.

Fue unos metros antes de tocar fondo que te busqué, estabas ahí, observándome de pie con tus ojos llenos de nobleza y tus brazos extendidos esperando mitigar el golpe. Y me di cuenta que había hecho lo correcto, que a pesar de todo, Dios había sido benevolente y nos había puesto en los mismos caminos para transitarlos juntos hasta que un día, nos lacemos los dos nuevamente al vacío.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

El vuelo errante


Y fue entonces que el viento me llevó a una nueva morada. En mi adiós, tuve que abandonarme a mí mismo. Tuve que despojarme de afectos, memorias y pasiones. También de historias, besos y risas. Quedó atrás mi pasado, un pasado que forjé con cada momento de alegría y de tristeza. Pero no, no lo oculto, está ahí, resguardado en lo más profundo de mí ser, y vive, no para olvidarlo, sino para aprender de él. Para recordarme, la fortaleza que tengo, y la fragilidad que dormita en mi alma. 

Si, el viento fue benevolente, porque en cada tarde de otoño su brisa me invitaba a otros horizontes, y yo, por duda, por miedo, rechazaba su invitación a la calidez del paraje en el que hoy me encuentro. Probablemente los años tengan preparado un nuevo viaje, pero por ahora, mi estancia en el espacio donde me encuentro me da la tranquilidad que tanto he anhelado. Y tengo la seguridad que ya se han empezado a escribir un sinfín de nuevos episodios a mí historia que me harán feliz.

domingo, 12 de julio de 2015

No, no sin ti


Si, podría escribirte todo lo que significas para mí, pero aun así, aun poniendo todo mi empeño, mi corazón y mi alma entera, las letras no me bastarían para demostrarte lo que guardo en mi ser. Y es que al observarte así, en silencio, en completa fragilidad de tu sueño, puedo darme cuenta que tú eres todas las sonrisas que necesito, y que a pesar de todo, te llevo en mi regazo aunque días enteros no sepa nada de ti. 

Hemos pasado momentos hermosos que han hecho que mi amor por ti florezca, y me has enseñado otro mundo, un mundo quizá un poco loco, pero que si es contigo, estoy dispuesto a conocerlo y a vivirlo juntos. Es por eso, que todos estos sentimientos y  pasiones que duermen aquí en lo más profundo de mi espíritu, esperan a ser entregadas a ti sin condiciones, sin recelos, sin hacer caso alguno de la precaución.

viernes, 19 de junio de 2015

Confesiones del corazón


Cariño mío, sol resplandeciente de mis noches, han pasado, sólo algunos días desde la última vez que estuvimos juntos, sin embargo, te he de confesar, mi amor, que desde que partí de tus brazos he comenzado a extrañarte, con tal desesperación, como si tu presencia hubiera estado ausente desde hace años. Sí, es raro, y por más que lucho, por más que trato de encontrar serenidad en este sentimiento de lejanía, no puedo, me es muy difícil, y conociéndome, eso sólo puede significar una cosa: estoy enamorado de ti.

Y he logrado palpar ese ramillete de hermosas emociones, porque complementas mi universo, porque cada vez que te observo puedo sumergirme en tu mirada, porque me encanta tu sonrisa, porque a cada imperfección tuya le he dado una razón para quererla, porque eres, simplemente, tú. Si mi vida, mi tesoro, te adoro, te amo, y te seguiré amando como muy pocos saben hacerlo; más allá de la luna, más allá del que dirán, más allá de la razón, te amaré, con el corazón, como sólo yo sé amar; con los ojos cerrados.

lunes, 8 de junio de 2015

Te escribo hoy


Te escribo hoy, para que no olvides y comprendas, que pertenezco a ti. Porque no hay momento del día en que tu imagen no venga a mi mente. Mis manos, mi piel, mi ser, son tuyos; guárdalos, aliméntalos, protégelos. 

Y a pesar de la distancia, a pesar de los tiempos de nuestras generaciones: te amo, y he decidido amarte y entregarme completamente a ti, porque tienes muchas virtudes que son bellas e irreemplazables a mis ojos. 

Corazón blanco, te escribo hoy, porque no quiero que pases otro día sin saber que eres mi tesoro, mi vida, mi todo. Mi lucero resplandeciente que estoy dispuesto a proteger hasta el momento en que Dios y tú, me lo permitan.

Te adoro.

domingo, 7 de junio de 2015

Regresa, porfavor regresa


Y bien, amor, heme aquí, necesitado de ti. Reposando en mi alcoba y anhelando tenerte en mis brazos. Pensando, imaginando, en la esencia de tu aroma que poco a poco va penetrando en mi olfato, y llega a lo más profundo de mi espíritu, al alma de mí ser. Y tu sonrisa, ¡oh si, tu sonrisa!, dulce gesto de tus labios que me colma de armonía al observarte así, en paz, en serenidad, en calma con la unión del sentimiento al que le has dado una morada.

Y bien, amor, heme aquí, despojado de ti. Tachando días a un calendario que va creciendo y creciendo cada minuto. Ansiando, planeando, la próxima vez que te vuelva a ver, quizá una mañana, quizá una tarde, quizá con un café, quizá con un una cena, pero cuando llegue ese momento, estaré feliz, estaré completo. Y mi corazón, ese loco vagabundo, se regocijará con tu presencia, volverá a latir, y te pedirá, te rogará, que no te alejes más.

miércoles, 3 de junio de 2015

Te dejo en libertad


Hace exactamente dos años, recibí una noticia que me anunciaba las dificultades a las que me enfrentaría para estrecharte en mis brazos. Me destrozó, y lloré, lloré sin hallar consuelo en las palabras de aliento que muchos me daban. Me sentía devastado, inservible, probablemente, porque en esa época eras lo que más anhelaba. Debo confesarte también, que caí varias veces, maldiciendo e insultando mi condición. Busqué refugio en un sinfín de cosas materiales, en personas y en excesos que algunas veces quisiera borrar de mi memoria. Y no, no trato de excusarme contigo, pero en aquellos momentos necesitaba olvidar todo lo que pasaba, y de alguna forma, sentirme bien conmigo mismo a pesar de tu ausencia.

Pero ha pasado el tiempo, muchos episodios han ocurrido; algunos para bien, otros para mal. Mis prioridades han cambiado, ya mis intereses son otros, incluso, un yo interior se ha reencontrado consigo. Poco a poco he ido aceptando los planes que la vida ha puesto en mi camino. Y en conjunto con la paz en la que me encuentro, he centrado mi mirada en perseguir otros horizontes, y he tomado nuevas decisiones que estoy seguro me harán feliz. Y te lo doy a conocer, porque necesito liberarme, dejarte ir, y permitirte que otras manos te arrullen, dándote los cuidados y el cariño que necesitarás para crecer. Y aunque físicamente no te haya conocido, y no haya escuchado tu llanto, vivirás por siempre resguardado en mi corazón.

martes, 2 de junio de 2015

El engaño


“E”, viene de lejos, bastante lejos, y llegó a mí, por casualidad; una mañana de la recién comenzada primavera. Y desde que noté su presencia a lo lejos, despertó mi libido. Se acercó, y sin cruzar demasiadas palabras me llevó a una habitación tranquila, iluminada por una ventana donde entraba una serena corriente de aire. Juntos los dos, presté atención a su figura. Se dio cuenta que le observaba, y me besó, nos fundimos en un beso suave y lento, acompañado de caricias que poco a poco me iban perdiendo en el halo de excitación que nos rodeaba. Mis manos, se iban deslizando hasta despojarle de sus ropas.

Pude observar su piel blanca e imberbe, y sin preguntarle, le recosté bajo de mí. Sentí su cuerpo junto al mío. Abrí sus piernas, y obsérvarle así, tan dócil, tan de mi propiedad, me excitaba cada vez más. Me aprisionó con sus muslos y comencé a rozar mi pene en su entrepierna, la sensación era placentera. Apreciaba sus gestos, sus gemidos, sus suspiros, su entrega. Y en un instante de pasión desencadenada, le di vuelta, y se dejó, no opuso resistencia. Admiré su espalda, pasmé mi atención en la línea que nace de su nuca, que recorre su espalda y se pierde en el centro de sus nalgas. Era tan exquisita esa escena que hundí mi impaciente lengua en sus protuberantes glúteos y conocí un deleitable sabor que aún continúa impregnado en mi paladar.

Empapados los dos, no resistí, y penetré aquél agujero que palpitaba por sentirse invadido. Lentamente comencé a moverme, y con cada movimiento, me hundía más y más en ese cálido rincón. La sensación de abrirme paso a pesar de su dolor era sensacional. Mi pene jamás había estado tan apretado en un culo tan complaciente como el suyo. Ebrio de pasión, quise darle a probar de mi hombría, y acerqué su boca a mi erección. Empezó a succionar, y lamía de arriba a abajo como si esperara con ansias el regalo que se da a las putas que han hecho bien su trabajo. Su lengua, su mirada, eran el complemento perfecto, yo sólo me recosté y dejé que hiciera lo suyo. ¡Y vaya que lo sabía hacer!

Pasados algunos minutos inundaba su boca con mi semen, quise que se lo tragara, y lo hizo, lo hacía desesperadamente; por complacencia, por sumisión. Se recostó a mi lado y nos perdimos en un profundo sueño. Sueño que terminó al momento de partir, nos dijimos adiós. Pero tiempo después nos encontramos nuevamente, lo hicimos, no recuerdo cuantas veces, pero yo quería más y más, y la única manera de conseguirlo, era lograr enamorarle y hacerle sentir especial para así obtener a toda hora y a cualquier momento el sexo que tanto me había gustado.

miércoles, 29 de abril de 2015

Quinto aniversario


Parece que fue ayer cuando sentado en mi habitación decidí crear éste espacio, la primera entrada, mi primera historia, ¡vaya, que recuerdos! Pero han pasado cinco años, y de todo aquello sólo quedan remembranzas que tienen un hermoso valor en mi vida.

Hubo personas que llegaron y se fueron; también besos, caricias; tantos y tantos sucesos que están albergados aquí, en mi blog; mi confidente fiel. No hace preguntas, no me reprocha, no me juzga, simplemente, calla y permite expresarme.

Hoy, es motivo de celebración. Y sentado nuevamente en mi habitación hago un recuento de todo lo que me ha lastimado y hecho feliz. No me arrepiento, porque arrepentirme sería negar lo que en determinado momento defendí. Al contrario, doy gracias por cada momento.

¡Un brindis por este año y por el siguiente!

martes, 28 de abril de 2015

Con los ojos cerrados


Cuando cierro los ojos, observo una cálida tarde de otoño,
y te veo, te siento, tan cerca de mí.
Tú al horizonte, reposando en brotes de gardenias
que se han ruborizado por tu desnudez.

Una brisa del viento ha llevado consigo tu aroma,
es exquisito, es inconfundible, eres tú.
Y corro con el viento, anhelando tus labios
cuyo sabor es fina miel de abeja cazada en primavera.

Guiado por tu perfume, llego a tu sublime presencia,
y te contemplo, tan dulce, tan suave.
Me recibe tu cuerpo, mezclándose en mi alma con el
canto de zorzales que nos observan en silencio.

Cuando cierro los ojos, puedo soñar, puedo vivir.
Sólo así puedo tenerte entre mis brazos.
Sólo así, le das a mi espíritu el valor para poseerte
y juntos desaparecer con la última puesta de sol.

Cuando cierro los ojos, me doy cuenta que
te llevo tan dentro de mí, y ya no los quiero abrir.

sábado, 17 de enero de 2015

La desaparición


Y sin aviso, llegó esa enredadera de tristeza, penetrando y adhiriendo sus raíces en lo más profundo de mi alma. Y fue tan fértil mi ser, que en poco tiempo se destruyó todo aquello hermoso que había vivido y defendido desde el día en que vi la luz de los cielos. No pude luchar, su baraña impidió que las pocas flores que vivían dentro de mí, murieran, les arrebató la inocencia; marchitando sin piedad pétalos dorados que habían sido cuidados con una extrema delicadeza. 

Perdí mis defensas, cualquier plaga me afectaba, y no hacía otra cosa que desahogarme con llantos y lamentos, sin darme cuenta que mis lágrimas eran el abono que esa enredadera necesitaba para germinar. Ya no me reconozco, he sido consumido, y no quedan más que sueños secos que alguna vez fueron la esperanza de mis días. He quedado agrietado, cual corteza podrida que con el tiempo va muriendo y desapareciendo poco a poco.

jueves, 8 de enero de 2015

La espina


Y desde ese día, tu espina continúa clavada muy en el fondo de mi alma. Otras manos, otros labios, han intentado salvarme de ella, pero en cada intento, se hunde más y más, provocando una pringa de lluvia roja que casi al instante se convierte en una terrible tormenta que destruye y hace añicos el poco amor que me queda. Dejándome sin protección; tal perro vagabundo en espera de la muerte que lo liberará de su agonía.