martes, 28 de abril de 2015

Con los ojos cerrados


Cuando cierro los ojos, observo una cálida tarde de otoño,
y te veo, te siento, tan cerca de mí.
Tú al horizonte, reposando en brotes de gardenias
que se han ruborizado por tu desnudez.

Una brisa del viento ha llevado consigo tu aroma,
es exquisito, es inconfundible, eres tú.
Y corro con el viento, anhelando tus labios
cuyo sabor es fina miel de abeja cazada en primavera.

Guiado por tu perfume, llego a tu sublime presencia,
y te contemplo, tan dulce, tan suave.
Me recibe tu cuerpo, mezclándose en mi alma con el
canto de zorzales que nos observan en silencio.

Cuando cierro los ojos, puedo soñar, puedo vivir.
Sólo así puedo tenerte entre mis brazos.
Sólo así, le das a mi espíritu el valor para poseerte
y juntos desaparecer con la última puesta de sol.

Cuando cierro los ojos, me doy cuenta que
te llevo tan dentro de mí, y ya no los quiero abrir.

No hay comentarios: