sábado, 23 de febrero de 2013

¿Dónde estás?

 
Tal vez, en otro mundo, en otra vida, en otros sueños, estés finalmente frente a mí. Y te hago saber esto, porque me has negado el regalo de tu presencia, sin embargo, sé que estás ahí, en algún hermoso lugar. Te confieso que ya vives en mi alma, pero necesito que mis ojos te vean entre mis brazos arrullándote, necesito cantarte por las noches canciones de cuna que he memorizado, también obsequiarte juguetes que he obtenido pensando en ti, y principalmente, protegerte de todo aquello que te pueda hacer mal.
 
Sangre de mi corazón, luz de mi soledad, bondad de la parte más oscura de mi ser, te he esperado, buscado también, pero no dejas que te encuentre, ven, te necesito. A veces pienso que Dios no quiere dejarte ir del cielo, debes ser uno de sus ángeles más bellos, ¿por cuál otra razón no te permitiría bajar a mi lado? Pero Él ya ha visto, sabe que te anhelo con todas las fuerzas de mi fe, y por eso, confiaré, continuaré aguardando, porque llegarás en el momento menos pensado, y entonces, solo entonces, estaré completo.
 
Desde ya, tu papá que te ha empezado a amar.
Alberto.