viernes, 3 de mayo de 2013

Conversaciones con Dios [Parte I]

 
Padre, a ti no puedo ocultarte nada, y por más que finja estar bien o me esfuerce en tratar de esconder mi lastimado corazón, sabes lo que en realidad pasa. Sé que he herido a mucha gente, y es por esa misma razón que me pregunto si este es el castigo que me he ganado. No lo sé, no logro comprender el por qué. Me siento solo, quebrantado, quisiera tener la fuerza necesaria para destruir aquello que me aflige y gritar de coraje en un lugar donde la gente no escuche mi desesperación.

Por favor, abrígame y compadécete de mí. Sé que no soy uno de tus hijos más fieles, pero con el corazón en mis manos te confieso que necesito de tu protección. Tengo la seguridad de que no me juzgarás, porque has visto mi llanto y mi necesidad de encontrarme conmigo mismo. Te pido, que no olvides mis oraciones, no sé si las has escuchado, pero cada noche están ahí, implorándote perdón y la cordura para sobrellevar todas estas cosas. Si mi destino es este, tan solo ayúdame a entenderlo.

jueves, 2 de mayo de 2013

I believe in freedom


Espíritu mio, prisionero de este luctuoso cuerpo lleno de golpes punzantes y atormentantes. Escapa, y llévate el único rastro de bondad que queda de mí. Viaja, y no regreses más a esta agonía. Apártate, salva los vestigios de la luz que aun resisten a esta amarga penumbra. No, por favor no, no mires atrás, ni tengas misericordia de estos ojos negros abatidos por el llanto, simplemente, parte.
 
Espíritu mio, aléjate antes de que seas contagiado por la suciedad de lo que no es bien visto a los ojos ajenos. Y vuela, vuela a los cielos altos que se escuchan en las historias de mi madre. Si, a esos cielos blancos que te transportan con la ayuda de una sinfonía de vientos suaves.  Habla con Dios, dile, que te amo tanto como para hacerte transitar por este cáliz de dolor. Él, te hará conocer la tranquilidad que con mis días no pude darte.
 
Espíritu mio, ve, a un nuevo huerto, donde majestuosamente crezcas y te reivindiques con gotas de esperanza y de ilusiones. Olvida que alguna vez perteneciste a las sombras, y déjate llevar apasionadamente por los rayos del sol de cada nuevo amanecer. Estoy seguro, que como el fénix, renacerás, y es preciso que lo hagas, porque ya nada puedo hacer por ti. Solo así, con este doloroso sacrificio, podrás vivir.

Oda al dolor


Tranquilo, oh dolor, heme aquí, para satisfacerte. Sé que fue mucha tu espera, pero hoy, mataré tu apetito. Puedo ver tu desesperación, así que toma lo que tu hambre desee. Devora mis ojos, aquellos que alguna vez observaron cosas hermosas de este mundo. Regocíjate con mis labios, esos que probaron mieles exquisitas a la luz de la luna. Muerde mis manos, porque han acariciado distintos cuerpos desnudos que se entregaron a mí. Traga mi corazón, aquel que guarda una infinidad de maravillosas historias escritas en la privacidad de una alcoba. Y si estás sediento, te concedo una copa para que bebas de mi llanto.

Tranquilo, oh dolor, que aquí estoy yo para que continúes absorbiéndome. No te volverá a faltar nada, y te hago esta promesa, porque te observo tan frágil y desamparado que siento lastima por ti. Te doy mi palabra, no volveré a dormir, ni tampoco a soñar. En los años que me resten de vida, mi único propósito será el de servir a tu lúgubre presencia y estar eternamente a tus pies. En tu bandeja de plata siempre habrá algo gustoso al paladar. Tranquilo, oh dolor, pues conmigo sobrevivirás muchas décadas, y no será necesario buscar otro ser. ¿Por qué partir y recibir sobras?, si estoy dispuesto a obsequiarte un banquete.