viernes, 19 de agosto de 2011

Yo confieso [Parte II]


A quién engaño, soy más débil de lo que pienso; parezco una simple sombra entre la multitud. He crecido con miedos e inseguridades que todavía no logro vencer. Realmente no sé por qué el pasado tiene que afectarme tanto, no entiendo mi afán de hacerme daño con mis propios reproches, no comprendo por qué no puedo ser como todos; sin preocupaciones, sin remordimientos de conciencia, sin ansiedad de resolverlo todo. Lo que si tengo presente, es que no he de arrojar culpas, porque el único culpable de lo que he vivido he sido yo.

Dios, tú que eres tan bueno y que conoces cada paso que he dado, ¿verdaderamente podré entrar a tu casa?, ¿obtendré tu perdón?, ¿me darás la fuerza para vencer aquello que me aflige día y noche? Eres amor, y como tal, comprenderás que por amor se hacen muchas cosas, incluso sacrificios que buscan la felicidad de quien amas tanto. Esperaré por el día que me hará disfrutar la vida como lo que es, un hermoso viaje al que solo se asiste una vez. Corazón, si estuvieras leyendo estas líneas te he de decir: ¿no estás cansada de lidiar conmigo?

No hay comentarios: