miércoles, 16 de marzo de 2011

Te extraño


Pero más que extrañar tu amor, extraño la dulzura de tus besos y la lujuria de tus deseos. Extraño que me utilices a tu antojo. Extraño tus suaves y recatadas manos. Extraño tu manera de acariciarme por encima de mi pantalón. Extraño tu habilidad para desabrocharlo. Y tu boca, ¡ah, tu boca!; la extraño, extraño su calor y su humedad. Extraño el placer que me hacías sentir y las gotas de sudor que escurrían por mi frente. Extraño los juegos que siempre aumentaban mi sed de pasión.

Extraño, tu obsesión de llevar el control. Extraño la sensualidad que tenías para desprenderte de tus ropas. Extraño tu mirada insinuante al acercarte. Extraño el delicioso aroma de tu sexo. Extraño tenerte sobre mí. Extraño tus mordidas. Extraño tus uñas recorriendo mi piel. Extraño el movimiento de tus caderas y la presión que me provocabas. Extraño tus agitados suspiros y el ultraje que le rendías a tus senos. Extraño el final. Extraño verte dormir desnuda. Extraño ser tuyo.

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