
Fue un 15 de mayo de 1918 en el gobierno de Venustiano Carranza, cuando esa fecha se instituyó como el Día del Maestro. En la actualidad, dicha celebración sigue llevándose a cabo, dignificando con homenajes y festejos a quienes ejercen esa profesión. ¿Pero por qué reconocer la labor de nuestros profesores?, precisamente porque son los encargados de formar a las nuevas generaciones y tratar de que las condiciones de vida de nuestros alumnos mejoren.
Quizá habrá quienes piensen que un salario es la mejor recompensa después de un arduo trabajo -por supuesto que es importante, no lo voy a negar- pero el mejor galardón que puede existir, es el que viene de los alumnos, de los padres y del pueblo al que sirve.
Felicidades a los que fueron y siguen siendo mis maestros. Sólo recuerden que el Día del Maestro es una conmemoración que se debe disfrutar diariamente en el aula.
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